Tras el rastro del lobo

La Cordillera Cantábrica occidental y sus estribaciones albergan una buena población de lobo ibérico, depredando sobre todo corzos y jabalís. Su observación al atardecer o amanecer resulta más fácil cuando está en celo, en invierno, los meses de enero y febrero son los ideales y también a finales del verano, cuando los cachorros ya acompañan a sus padres en las cacerías. 

La actividad consiste en llegar a la montaña muy temprano, de noche, para esperar en silencio al amanecer y hacer una espera, un aguardo durante unas dos horas para esperar ver los lobos cuando regresan de sus correrías nocturnas. La observación no está garantizada, pero sólo con estar en silencio al amanecer en su hábitat y sentir su presencia, ya es una experiencia inolvidable.

Después se hace un  itinerario para ver sus rastros y charlar sobre esta especie, su biología y su gestión. Se regresa sobre las 13:30 h. También puede hacerse la ruta de tarde y esperar a la noche.

También te aconsejamos que, si puedes, hagamos la ruta y observación al al atardecer durante los meses invernales, esperando a la noche para intentar escuchar sus aullidos cuando están en celo. En ese caso, se regresa sobre las 23:00 h. aproximadamente.

Recomendaciones: Sólo hace falta que te equipes con ropa para el frío y la lluvia, una mochila con algo más de ropa extra (guantes, gorro de nieve, por ejemplo…) algo de comida y bebida, algo para poder sentarte en el suelo durante la espera en el monte y, si tienes, prismáticos y otros instrumentos ópticos; telescopio, cámara fotográfica, etc.

No se incluye la comida en estos precios